martes, 29 de mayo de 2012

La prosa disminuida.


Solemos darnos cuenta de los errores importantes de redacción, sobre todo si afectan contra el significado. Nos referimos a todo con el mismo nombre de error de gramática, anacoluto o solecismos.

Solecismos
Son barbarismos léxicos, los calcos sintácticos de otras lenguas, las frases incoherentes, la ausencia de concordancia y, en definitiva, cualquier falta que  contravenga la norma de la lengua.

1.       Silepsis
Consiste en quebrantar la concordancia en el género, el numero o la persona para atender el sentido de la frase. Por ejemplo: el ¿Cómo estamos? Dirigido a una persona, en vez del lógico ¿Cómo estas?
La recomendación general, es preferir la concordancia gramatical y tolerar aquellas desavenencias más corrientes que no causen extrañeza.
En algunos casos la falta de concordancia aporta matices interesantes de significación. Fíjate en la diferencia entre la gente dice, la gente dicen o la gente decimos.
2.      Anacoluto

Son aquellas frases rotas, en las que la segunda parte no acompaña a la primera, o no se corresponde con ella. El anacoluto destruye la estructura de la frase hasta hacerla irrecuperable.
3.      Anantapódoton

En griego significa “privado de la correspondencia simétrica”. Es una variante de anacoluto, en el que solo se expone uno de los dos elementos correlativos que tendrían que aparecer en la frase.
4.      Zeugma

En griego significa “que sirve para unir, enlace”. Consiste en que cuando una palabra tiene conexión con dos o más miembros del periodo, esta expresa en uno de ellos y ha de sobrentenderse en los demás. Por ejemplo: era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza, donde el verbo era se refiere a los cinco atributos pero solo aparece en el primero.
5.      Pleonasmo

Deriva del griego pleon: mas numerosos; y del pleonasmo: superabundancia. Se asocia con la redundancia y el énfasis y se opone a la elipsis. Consiste en emplear en la oración uno o a más vocablos innecesarios para el recto y cabal sentido de ella, pero con los cuales da gracia o vigor a la expresión. Ejemplo: entrar adentro, subir arriba, etc.
Martínez de Sousa considera correctos a los pleonasmos que dan mayor énfasis a la oración, como verlo por mi mismo, a mí me buscan, al fin y a la postre, nunca jamás, sea como sea, hoy en día o diga lo que diga, además de los ya citados censura los siguientes:
  Hacer frente a los frentes
 Volver a reincidir
Reiniciar de nuevo
Este fármaco es aproximadamente diez veces mas potente
No ha recibido apenas ningún tipo de atención
Tampoco no lo hare nunca jamás.
En resumen, si bien el concepto de pleonasmo es claro y resulta útil para mejorar la redacción, no esta muy definida la frontera entre lo que debe censurarse y lo que puede tolerarse- ¡o incluso lo que beneficia a la prosa!
A continuación se presentan otras faltas que aunque no atentan contra la gramática o la normativa de la lengua, aportan molestias e impurezas:

6.      Anfibología
Significa ambigüedad, doble sentido o incerteza. Son frases que pueden interpretarse de dos o más maneras distintas.
La dificultad de las ambigüedades y los dobles sentidos es que pueden ser difíciles de detectar. No resulta fácil percatarse a la vez de dos o más formas de entender una frase, o descubrir aquellos puntos en los que un lector o una lectora podrán interpretar ideas distintas de las previstas.

7.      Cacofonía
Se refiere a la repetición casual de algunas letras o silabas, que producen un sonido desagradable.

8.      Tics personales
Del mismo modo que cuando hablamos tendemos involuntariamente a reiterar un gesto, un parpadeo o una entonación, la prosa también refleja rutinas verbales: palabras recurrentes aquí y allá, frases calcadas, párrafos con el mismo patrón de fondo, etc.
Cuando estas ocurrencias adquieren relevancia suficiente para llegar a empobrecer la prosa, hablamos de tics o vicios de redacción. Son personales, imprevisibles, a menudo inconscientes y, a veces difíciles de detectar.
Los tics pueden afectar a varios aspectos de la redacción:
      Repetir una palabra o expresión. La palabra actúa como cuña o muleta que articula la prosa.
      Abuso de alguna estructura sintáctica: gerundios antepuestos, frases comparativas, subordinadas, profusión de adverbios o de adjetivos.
      Estructuras calcadas en párrafos y textos: empezar con el mismo vocablo o expresión.
      Usos poco corrientes o personales de puntuación: excesos de incisos con paréntesis o guiones, uso frecuente de los dos puntos y del punto y coma.

Cassany, D. (1995). La cocina de la escritura. Barcelona: Anagrama.

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