Solemos darnos cuenta de los errores importantes de
redacción, sobre todo si afectan contra el significado. Nos referimos a todo
con el mismo nombre de error de gramática, anacoluto o solecismos.
Solecismos
Son barbarismos léxicos, los calcos sintácticos de otras
lenguas, las frases incoherentes, la ausencia de concordancia y, en definitiva,
cualquier falta que contravenga la norma de la lengua.
1. Silepsis
Consiste en quebrantar la concordancia en el género, el
numero o la persona para atender el sentido de la frase. Por ejemplo: el ¿Cómo
estamos? Dirigido a una persona, en vez del lógico ¿Cómo estas?
La recomendación general, es preferir la concordancia
gramatical y tolerar aquellas desavenencias más corrientes que no causen
extrañeza.
En algunos casos la falta de concordancia aporta matices
interesantes de significación. Fíjate en la diferencia entre la gente dice, la
gente dicen o la gente decimos.
2. Anacoluto
Son aquellas frases rotas, en las que la segunda parte no
acompaña a la primera, o no se corresponde con ella. El anacoluto destruye la
estructura de la frase hasta hacerla irrecuperable.
3. Anantapódoton
En griego significa “privado de la correspondencia
simétrica”. Es una variante de anacoluto, en el que solo se expone uno de los
dos elementos correlativos que tendrían que aparecer en la frase.
4. Zeugma
En griego significa “que sirve para unir, enlace”. Consiste
en que cuando una palabra tiene conexión con dos o más miembros del periodo,
esta expresa en uno de ellos y ha de sobrentenderse en los demás. Por ejemplo:
era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y
amigo de la caza, donde el verbo era se refiere a los cinco atributos pero solo
aparece en el primero.
5. Pleonasmo
Deriva del griego pleon: mas numerosos; y del pleonasmo:
superabundancia. Se asocia con la redundancia y el énfasis y se opone a la
elipsis. Consiste en emplear en la oración uno o a más vocablos innecesarios
para el recto y cabal sentido de ella, pero con los cuales da gracia o vigor a
la expresión. Ejemplo: entrar adentro, subir arriba, etc.
Martínez de Sousa considera correctos a los pleonasmos que
dan mayor énfasis a la oración, como verlo por mi mismo, a mí me buscan, al fin
y a la postre, nunca jamás, sea como sea, hoy en día o diga lo que diga, además
de los ya citados censura los siguientes:
Hacer frente a los frentes
Volver a reincidir
Reiniciar de nuevo
Este fármaco es aproximadamente diez veces mas potente
No ha recibido apenas ningún tipo de atención
Tampoco no lo hare nunca jamás.
En resumen, si bien el concepto de pleonasmo es claro y
resulta útil para mejorar la redacción, no esta muy definida la frontera entre
lo que debe censurarse y lo que puede tolerarse- ¡o incluso lo que beneficia a
la prosa!
A continuación se presentan otras faltas que aunque no
atentan contra la gramática o la normativa de la lengua, aportan molestias e
impurezas:
6. Anfibología
Significa ambigüedad, doble sentido o incerteza. Son frases
que pueden interpretarse de dos o más maneras distintas.
La dificultad de las ambigüedades y los dobles sentidos es
que pueden ser difíciles de detectar. No resulta fácil percatarse a la vez de
dos o más formas de entender una frase, o descubrir aquellos puntos en los que
un lector o una lectora podrán interpretar ideas distintas de las previstas.
7. Cacofonía
Se refiere a la repetición casual de algunas letras o
silabas, que producen un sonido desagradable.
8. Tics personales
Del mismo modo que cuando hablamos tendemos
involuntariamente a reiterar un gesto, un parpadeo o una entonación, la prosa
también refleja rutinas verbales: palabras recurrentes aquí y allá, frases
calcadas, párrafos con el mismo patrón de fondo, etc.
Cuando estas ocurrencias adquieren relevancia suficiente
para llegar a empobrecer la prosa, hablamos de tics o vicios de redacción. Son
personales, imprevisibles, a menudo inconscientes y, a veces difíciles de
detectar.
Los tics pueden afectar a varios aspectos de la redacción:
Repetir
una palabra o expresión. La palabra actúa como cuña o muleta que articula la
prosa.
Abuso
de alguna estructura sintáctica: gerundios antepuestos, frases comparativas,
subordinadas, profusión de adverbios o de adjetivos.
Estructuras
calcadas en párrafos y textos: empezar con el mismo vocablo o expresión.
Usos
poco corrientes o personales de puntuación: excesos de incisos con paréntesis o
guiones, uso frecuente de los dos puntos y del punto y coma.
Cassany, D. (1995). La cocina de la escritura. Barcelona: Anagrama.
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